Procesos personales en el bordado


Bordar es definido por Antonio Floriano en su libro Artes Decorativas Españolas como "toda labor de aguja, en la cual sobre un tejido o materia de fondo penetrable, se aplica una decoración." la intervención esencial de la aguja que penetra una superficie para transformarla es lo que diferencia al bordado de las otras técnicas textiles como el telar. 

Tras esta definición hay una serie de procesos que, a mi entender, hacen del bordado una practica corporal. El primero del que deseo hablar es del tiempo. En el bordado el tiempo se expande y se fuga. Los minutos no transcurren como en el cotidiano, las bordadoras tenemos la sensación de que han pasado solo minutos cuando en realidad llevamos horas con la aguja. Otra característica del tiempo es que se convierte en espacio, en nuestra habitación propia. Nuestro tiempo de bordado debe ser nuestro, no aceptamos interrupciones que nos ponen de mal humor...Si me ves bordando no me molestes por favor, estoy en mi habitación propia y solo quiero compartirla con otras bordadoras. En el tiempo de bordado nos sumergimos en nuestra esencia, para algunas caótica y desesperadas, para otras tranquila e ilusionada y para la mayoría una mezcla de todo ello.

Es así como el bordado nos sitúa en nuestro presente corporal, en el movimiento profundo y perpetuo de la inmediatez. Nos sumergimos en las aguas de la lentitud, la paciencia, el error, la imperfección. Lo cual nos abre un camino de auto-conocimiento marcado por preguntas vitales: ¿puedo des-acelerarme en mis actuaciones corporales? ¿Cuántas veces soportaré des-hacer una puntada sin perder la paciencia? ¿Puedo admitir que la obra en la que he trabajado durante horas no se acerque a lo que tenía en mi mente?

Adentrarnos en este bosque de vivencias produce reacciones corporales como el llanto, tirar el bastidor, pincharnos con la aguja...y la peor de todas: abandonar nuestro bordado. ¿Quién no ha tenido alguna de estas reacciones? 

Ahora bien, entrar en el "tiempo del bordado" y admitir nuestra esencia es cuando llega la paz, palabra vacía que dotaremos de significado. Paz es un sentir corporal en el cual la mente solo sigue el ritmo de la aguja y el hilo al penetrar la tela. Cuando estamos en este trance es cuando surge nuestra historia y nos narramos a partir del hilo, es cuando escuchamos en susurros lo que el hilo tiene que contarnos sobre nosotras mismas. 

Por todo esto os invito a bordar y para quien no sabe os dejo unos tutoriales de puntadas básicas.



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